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Jappeloup. De padre a hijo

A principios de los 80, Pierre Durand abandona la abogacía para dedicarse en cuerpo y alma a su pasión: el salto de obstáculos. Apoyado por su padre, lo apuesta todo a un joven caballo en quien nadie cree: Jappeloup. Demasiado pequeño, extraño, imprevisible, lleno de defectos aunque también de extraordinarias cualidades. Prueba tras prueba, el dúo progresa, imponiéndose en el mundo de la equitación. Pero los JJOO de Los Angeles se saldan con un estrepitoso fracaso y Pierre toma conciencia de sus fallos. Con ayuda de su mujer y de Raphaëlle, la moza de cuadra, va ganándose la confianza de Jappeloup y entablando con él una relación que los conducirá a los JJOO de Seúl en 1988.
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